“En vez de maldecir el lugar en el que caíste, deberías buscar aquello que te hizo resbalar”. La cita es del escritor Paulo Coelho y me parece especialmente adecuada para ilustrar la debacle electoral y posterior rabieta de dos grandes perdedores en estas últimas elecciones: José Ramón Bauzá y Vicent Serra.
El primero ha cosechado la peor derrota en la historia del PPbalear y la más grave de su partido en estas elecciones, con la excepción de la Comunidad Valenciana, donde el azote de la corrupción justifica sobradamente el tropiezo.
Serra, por un escaño, se ha quedado a las puertas de renovar el mandato y ahora prácticamente se declara víctima de una conspiración perpetrada por el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí. Los demonios del presidente en funciones obedecen a que en este municipio los votos al PP para el Consell cayeron un 13% respecto a los que recibió su lista municipal. En consecuencia, ha acusado en voz alta a Marí de airear críticas que han afectado de forma dramática a sus opciones de gobierno.
En Vila la diferencia fue aún peor, del 15%, pero aquí Serra lo justifica en el infierno institucional derivado de la crisis de las alcaldesas y los movimientos que la dimitida Pilar Marí y sus afines han podido tejer en su contra. En Sant Josep ocurrió al contrario y, de manera sorprendente,la lista popular al Consell obtuvo un 6% más de apoyos que la candidatura al Ayuntamiento. Sin embargo, en Sant Antoni y Sant Joan,el PP siguió perdiendo votos para el Consell (5% y 4%, respectivamente).
El primero en dimitir por estos malos resultados ha sidoprecisamente Vicent Serra –todo un gesto de coherencia política–, pero ha optado por morir matando. A Bauzá, pese al monumental descalabro, aún tratan de quitárselo de en medio por la fuerza y en respuesta ha reproducido la vendetta del presidente pitiuso, acusando a sus alcaldes de deslealtad. A estas alturas, dice que le han dejado solo, al no apoyar sus políticas en los municipios ni comprometerse con la campaña autonómica.
Estas salidas de tono por duplicado –que han dejado un clima de estupefacción general entre la gente del PP–, suenan a rabieta de mal perdedor. ¿No se le ha ocurrido a Serra que su beligerancia con el Cetis, por ejemplo, hatenido algo que ver? ¿Qué hay de la ineficacia a la hora de poner fin a las disputas internas deSant Antoni y Vila? ¿Atajó la cascada de patinazos perpetrados por Pepita Gutiérrez? ¿Piensa que la penosa gestión de la crisis de Vila, con repercusión nacional, no ha afectado también a los votantes de los demás municipios? ¿Noha aceptado y tratado de hacernos comulgar con unas competencias turísticas acompañadas de un presupuesto tercermundista que ninguna otra islaha querido? ¿No le ha bailado permanentemente el agua al propio Bauzá, pese a ningunear problemas pitiusos de gran calado social?
La indiferencia del votante conservador respecto a la lista del PP alParlamentaún ha sido más contundente. ¿No tendrá que ver el maltrato sistemático a Ibiza por parte de Mallorca? ¿Cómo olvidar el cristo que fue necesario para que el Govern impidiera que el emisario de Talamanca siguiera vertiendo en la playa? Ni siquiera estamos seguros de haberlo conseguido. ¿No habrá influido el incumplimiento de la palabra empeñada con la radioterapia y los feos al movimiento pitiuso que lo reclamay de los que Bauzá ha sido cómplice? ¿Qué hay de los malos modos y el despotismo con que se han encarado las crisis internas en la isla? ¿Y la respuesta social al TIL?
Aún no lo han asimilado, peroBauzá y Serra han tropezado con la misma piel de plátano: la de la suficiencia, la falta de empatía social y la incapacidad para gestionar las crisis que se han ido produciendo. Que tomen buena nota quienespretendanencabezar el PP pitiuso y también los otros partidos que ahora están en disposición de hacerse cargo de las instituciones. Hay mucha ilusión en torno a ellos, pero es efímera y ya la están dilapidando en un cansino,público y excesivo tira y afloja que probablemente no entiendan muchos de sus votantes.
Artículo publicado en las páginas de Opinión de Diario de Ibiza