No conozco a nadie que no sienta una intensa frustración al ver cómo las compañías eléctricas le acribillan la cuenta corriente con facturas de la luz disparatadas, al tiempo que sus ejecutivos recitan el quejoso mantra del déficit tarifario, que ya nos suena más a timo de la estampita que a otra cosa. En paralelo, desde el púlpito de la junta de accionistas, nos arrojan a la cara unos resultados anuales con miles de millones de beneficio. Y, en Eivissa y en todo el país, personas con el agua al cuello y los radiadores helados, a punto de echar el cierre al negocio con que se ganaban la vida, porque la cuenta de la luz ha dinamitado el frágil castillo de naipes que sostenía su contabilidad.
Un desengaño semejante habrán experimentado los trabajadores de Coca Cola amenazados por la pandemia de los ERE, a consecuencia de una fusión empresarial concebida para multiplicar unas ganancias ya magras, que a ellos ni les van ni les vienen, salvo por el hecho de que pueden acabar dejándoles en la calle.
Sobre Eivissa, ahora mismo, se cierne un disparate de factura similar que afecta a las decenas de miles de trabajadores del sector de la hostelería, en plena negociación del convenio colectivo. Esos mismos empresarios que se pasan un día sí y otro también aludiendo a temporadas récord y expectativas de ensueño, anuncian una apuesta por la competitividad que consiste en recortar a sus empleados unas condiciones laborales conquistadas a lo largo de décadas y también en congelar los salarios. A consecuencia de ello, la previsible reacción sindical: amenaza de boicot a la temporada turística. Si la mar está en calma, arrojemos piedras para agitarla.
No se agotan las cuentas del rosario de contradicciones. Mientras en España e incluso en la comunidad balear descienden las cifras del paro de febrero, en las Pitiüses, este maravilloso archipiélago del lujo y el desenfreno, donde se descorchan botellas de champán de cinco cifras como si fueran de agua mineral, el número de desempleados aumenta.
Seguimos. Los ciudadanos de Eivissa y Formentera toman las calles vestidos de azul y contemplan a su diputado en Madrid enarbolar la bandera del coraje y el compromiso. A los pocos días, cuando llega el momento de echarle agallas, orejas gachas y parapeto de excusas huecas; palabras que se esfuman entre la bruma de la decepción. Toda Eivissa revolucionada, unida por un consenso sin precedentes. La oportunidad histórica de prender la mecha en el Congreso y elevar la lucha a una dimensión nacional. Pero el aforado que esperábamos díscolo decide no serlo, y renuncia a hacer de Celia Villalobos. Aunque le lluevan piedras desde su propio partido, a los pitiusos eso no nos sirve de nada.
En ayuntamientos y parlamentos, gobernantes y opositores intercambian los habituales ladridos de rabia. Pero en Vila, de repente, se hacen fotos juntos, cogidos de la mano, y cierran sin mácula, con un halo de beatitud, la comisión de investigación sobre publicidad institucional que amenazaba con el apocalipsis. Y en Sant Antoni, la derecha altera a su nicho potencial de votantes, mientras rinde pleitesía al capital foráneo de los hipermercados.
Hay semanas que sería mejor encerrarse en una cueva, sin leer ni escuchar, o marcharse a pescar al alba, regresar al atardecer y acostarse en silencio, sin haber cruzado una palabra con el mundo.
Artículo publicado en el diario Última Hora Ibiza
Xescu:
De los cinco sentidos de tu blog, ¿cuál es que menos desarrollado tienen loss políticos de las islas?
Por el contrario,¿Cuál es le más desarrollado?
Tu artículo «sensación de deriva» es certero y con pesadumbre de «deriva» y «demora» consecuente. No hay para los que nos desgobiernan ni una brújula, ni un mero anemómetro.? Sólo el dinero es el rumbo.
El norte magnético para esta casta, es el que se imanta al money. El desvio es tan grave que sólo puede ser posible más pronto que tarde, un May day, may day..Pero lanzado a los especuladores , que responden con … ¡Qué me das a cambio de tu petición de socorro..?
Y el precio del socorro es imaginable….
IBISA S.A.
Hola María. Buena pregunta, aunque hay de todo… El problema es que cuando el dinero fluye a raudales en relación al territorio, todo se complica y hay muchos que se aprovechan. Pero hay que mirar al futuro con optimismo, lo que no implica ser realista y contar lo que pasa, para evitar males mayores.
Xescu