¿Cabe mayor cinismo que desviar el debate político a una polémica estéril, imposible de solucionar, y que además navega por los procelosos mares de la demagogia populachera? La ocurrencia del presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, de recortar en 16 diputados la plantilla del Parlament y, en paralelo, eliminar los sueldos de los 43 aforados restantes, sustituyéndolos por dietas inferiores, constituye un gesto inútil, de cara a la galería. Sin embargo, al mismo tiempo, representa un quiebro habilidoso para posicionarse del lado de una mayoría ciudadana harta de los privilegios y corruptelas de una parte de la casta gobernante. Especialmente cuando pertenecen a instituciones superiores a los ayuntamientos y consells, cuya labor resulta más lejana e imperceptible, como es el caso del Parlament.
El ilusionista Bauzá se ha sacado de la manga este “ERE” parlamentario en plena precampaña para las europeas y probablemente tiene intención de estirar la polémica hasta alcanzar sus propias elecciones. Así, de paso, se convierte en el primer político balear que enarbola la bandera de la antipolítica. La mayor parte de la población –sólo hay que ir a cualquier bar para comprobarlo– ha perdido la fe en sus representantes y toda jugada que erosione su estatus va a ser aplaudida. No hay que ser un lince para darse cuenta. En paralelo, la oposición se ve abocada a defender la postura contraria; es decir, el corporativismo puro y duro, aunque trate de disfrazarlo de democracia.
La demagogia implícita en la propuesta de Bauzá radica, por tanto, en su imposibilidad para ser aprobada: modificar la estructura de la cámara requiere de dos tercios de los votos y su mayoría absoluta se queda corta. Parece obvio que el trabajo que realiza el Parlament podría desempeñarse igualmente con ese 27% menos de diputados que propone el presidente e incluso con un recorte mayor. Sin embargo, resulta chocante que la idea parta de la misma persona que se dedicó a hinchar los salarios de sus asesores, también pagados con el dinero de todos, nada más ocupar la poltrona.
Bauzá sabe de antemano que su reestructuración parlamentaria está abocada al fracaso y probablemente ni siquiera la pretenda. Sus diputados también saldrían perjudicados, al menos hasta que se organizase su recolocación. La única manera de afrontar una reforma de estas características con las mínimas posibilidades de éxito sería a través del consenso con la izquierda, negociando entre bambalinas. Bauzá, sin embargo, ha apostado por avivar la polémica desde el principio, detonando un cohete con la pólvora mojada.
El análisis también debe hacerse desde otros ángulos. Hay que explicar, por ejemplo, que la reducción de escaños implicaría incrementar el techo de votos necesario para alcanzar un diputado. En consecuencia, esta solución acabaría perjudicando a los grupos minoritarios, que podrían perder presencia parlamentaria aunque obtuviesen los mismos votos que en las pasadas elecciones.
Desde Eivissa, el PP ve con buenos ojos la propuesta porque nuestra isla alcanzaría de nuevo la misma representatividad que Menorca, que hoy nos aventaja en un escaño. Pero, ¿de qué sirve esta paridad por islas, diputado arriba, diputado abajo, si luego todo el mundo vota al dictado de la jerarquía de su partido; es decir, según ordena Mallorca?
La idea de Bauzá acabará llenando montones de páginas de periódicos, pero al final se quedará en nada. Tan sólo en una amenaza de “ERE” parlamentario de teatrillo que, a diferencia de los despidos colectivos reales padecidos por millones de trabajadores en nuestro país, nunca llegará a producirse.
Artículo publicado en el diario Última Hora Ibiza
democracia, un mal menor i necesari? val la pena!!
Sabiendo que es imposible y que además no lo quiere niél, hace ese brindis al sol.
Los gestos políticos precampañados son el baluarte de quien considera que a estas laturas, somos tan tontos los ciudadanos que todavía nos creemos algo de ellos.
Debieran preocuparse de hechos y no de futuribles imposibles.
Aunque es cierto que sobrqan, es cirto que los necesitan para su camarilla de boato.
Empieza a ser preocupante que los ciudadanos perciban a los políticos como un problema y no como una solución….debieran ser muy conscientes que en los corrillos más inusitados sde ciudadanos se habla de esta pandilla de apalancados que por todos los sitios stán imputados o apunto de serlo por trapaceríAS VARIAS.
SEAN SERIOS Y HAGAN ESE PROPÓSITO CIERTO. ESE ES UN BUEN PRINCIPIO. PROPICIEN UN ENCUENTRO DE EVITAR LA CORRUPCION Y DISCUTAN DE VERDAD SOBRE ELLO. PUEDEN , SON MAYORIA..DEMUESTREN UN CAMBIO HONESTO…
HAY TANTO POR HACER…