Digerir el discurso pronunciado el pasado sábado por el presidente del Govern balear, durante la convención del PP ibicenco, me ha costado una semana y el presupuesto anual de Alka-Seltzer. José Ramón Bauzá, en el hipódromo, ante medio millar de compatriotas de partido, embargado por la emoción, reconoció la histórica indiferencia de Mallorca hacia Eivissa y se atrevió a decir que ahora, con él al frente de la nave, los mallorquines ya nos escuchan.

Bendito sistema de audio, que como tantas cosas en Eivissa funcionó de pena y silenció, para casi todo el auditorio, la fábula de amores fraternales relatada por el presidente, en la que los ibicencos somos “parientes de los mallorquines”, gentes siempre dispuestas a acogernos en sus casas con los brazos abiertos. Los militantes, sean del partido que sean, defienden a sus líderes como ultras en un campo de fútbol y justifican conductas que resultan inaceptables para el resto de la sociedad. Pero el sábado, de haber habido volumen, habrían estallado carcajadas y es posible que alguna zapatilla saliera volando.

Bauzá no sólo reivindicó un cariño a flor de piel hacia las Pitiüses, sino que tuvo el coraje de sacar pecho por haber anunciado unas semanas antes que traería el servicio de radioterapia a la isla. Si este mismo parlamento lo declama ante el Movimiento Pitiuso Pro Radioterapia o frente a los miembros de la Asociación de Criadores del Ca Eivissenc –que en las mismas fechas andaban recaudando fondos para evitar que el libro de la raza acabe en manos mallorquinas–, habrían llovido objetos y ‘piropos’ más contundentes.

Aún no se habían silenciado los ecos de este cuento de la lechera, cuando las Pitiüses se sumieron en un total apagón eléctrico que, según reconoció el mismo director general de Industria y Energía del Govern, no habría sucedido si ya contásemos con el servicio de cable que enlaza con las infraestructuras eléctricas mallorquinas y que avanza a ritmo caracolero. El corte eléctrico, una vez más, paralizó el archipiélago como si estuviésemos en el tercer mundo y coincidió con otra noticia que también ilustra la fábula del presidente: Mallorca es, con diferencia, la isla que más gana con el nuevo modelo de financiación de los consells insulares impulsado por Bauzá.

Como no podía ser de otra manera, el presidente del Govern también soltó una andanada a la oposición de izquierdas, a la que culpó del desastre del Cetis. Ante tanto runrún, habrá que dilucidar si el anterior gobierno aderezó este proyecto con chanchullos y filigranas, tal y como insinúa la derecha, pero tras dos años y medio de gobierno, recurrir a la herencia del pasado denota, cuanto menos, cierto patetismo.

La política es un oficio que requiere estómago, grandes dosis de descaro y una sonrisa perenne, aunque la procesión vaya por dentro y, en lugar de bailarle el agua al líder, se desee dar rienda suelta a los más bajos instintos homicidas. Que se lo digan al presidente del Consell, Vicent Serra, que se exhibió como un anfitrión sonriente y efusivo, pese a los sapos y culebras que se tuvo que tragar con el asunto de la radioterapia, cuando, de haber querido Bauzá, la polémica se habría cerrado en un santiamén.

Artículo publicado en el diario Última Hora Ibiza

One Response to “Mallorca nos escucha y nos ama”

  1. El articulo que provoca mi comentario es una buena provocación al dar libre vía a un hecho cierto y vivido.
    Un autor del que he de recordar pero no acude a mi en este momento dijo que Ibiza era para Cataluña una hija bien casada que felicitas en onomàsticas pero que no te pide nada para ella ni su prole. Algo así es respecto a Mallorca, – esto ya es mío, no de ese autor-
    La hermana mayor, Mallorca es la condescendiente que ha dejado a la menor su ropa ya pequeña. …
    Lo que ocurre es que llegado cierto momento los hermanos mayores son sólo una cuestión de herencia – mayorazgo- que hoy pretende como antañón hermano mayor que persista esa pasada tradición.

    El problema es cuando el pitiuso, sigue creyendo que lo es y eso le merma derechos que su antecedente filial aprovecha.
    Si en Londres con la feria turística estuvo Ibiza cerca de los excusados y lo aguantó, y ahora aguanta que nos den lo que ya no les vale, estamos alimentando a zalacaín con la heredad.
    Si se convenciera el señor que a las pitiusas representa que somos un hecho cierto, quee stamos más cerca cuando en avión vamos , o en barco, o que de tener que huir ràpido por inclemencias, estamos màs cerca de algo màs grande que Mallorca, tal vez eso cambiase…

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