A veces, cuando me pierdo por los caminos recónditos de Ibiza, en busca de una foto aún no capturada, se cruza en mi camino un anciano de mirada aguda. Puede que camine con dificultad, apoyándose en un rústico bastón de sabina, que él mismo ha tallado con la navaja que siempre lleva en el bolsillo. Yo le digo “bon dia”. Él se detiene súbitamente y me responde la misma frase, llevándose la mano al sombrero y exhibiendo un brillo en los ojos que hace un instante no tenía.

Tal vez se alegra de que un desconocido le salude en su mismo idioma, en este lugar remoto, cerca de su casa, donde únicamente aparecen, de vez en cuando, pálidos excursionistas que, si son amables, le dan los buenos días en lenguas que él no comprende.

En ese instante, mientras le veo alejarse con su andar pausado, siempre acabo preguntándome lo mismo: ¿cuántas historias fabulosas de la Ibiza legendaria conservará este hombre en la memoria? “Seguro que muchas; las suficientes como para escribir un libro”, me respondo.

Foto: Pele y Antonio Torres

Hace unas semanas, un domingo lluvioso, atravesé la galería acristalada del hotel Tres Torres, en Santa Eulària, y me encontré con una de esas miradas que parecen esconder una enciclopedia; una mirada inteligente, muy parecida a la del hombre mayor del bastón. Esta pertenece a Antonio Torres Roig, alguien que, a sus 82 años, sonríe con los labios y con sus vivos ojos al mismo tiempo (*).

A Antonio Torres muchos le conocen por Toni de Can Cascais y también por Antonio «es joier«, oficio que durante tantos años ejerció junto a su hermano Pele (José). Los hermanos Torres han sido, por encima de todo, dos de los diseñadores de joyas más innovadores de nuestro país, unos artesanos creativos y rompedores, que desde sus céntricas tiendas y talleres de Barcelona e Ibiza, desarrollaron un estilo propio, muy característico. Tal y como sucede con los auténticos artistas, sus creaciones siguen siendo hoy claramente identificables por llevar el inconfundible sello Torres. Con sus piezas más sobresalientes, los hermanos Torres participaron en los primeros desfiles de moda Adlib, que tanta atracción generaron hacia la isla.

Pero Antonio tiene una personalidad de lo más polifacética, que también le ha convertido en empresario turístico, galerista, patrocinador de regatas, coleccionista, anticuario aficionado, organizador de rallies de coches antiguos (las tres ediciones de la Vuelta a Ibiza del Antic Car Club de Catalunya)… Sin embargo, de todas las facetas que exhibe este hombre ilustrado, la que más le conmueve es la de su afición a la pesca; el recuerdo de cuando con algún amigo costeaba el litoral de Santa Eulària a bordo de un llaüt y arrojaba al mar el volantín. Entonces, en un instante mágico, uno de esos pescados de cinco palmos que se criaban a raudales por el litoral pitiuso, picaba el anzuelo y Antonio sentía tocar el cielo.

Foto: Antoni Torres Molines

Él mismo explica que su pasión por el mar es parte intrínseca de su ADN; de su sangre ibicenca. Aunque el origen de la tradición marinera de su familia se diluye entre la bruma del tiempo, el personaje que más destacó en el oficio fue su padre, Antoni Torres Molines -hijo del también marino Vicent Torres Serra-, que nació en el lugar más marinero de Ibiza, el barrio de La Marina, y acabó convirtiéndose en capitán de la marina mercante, después de trasladarse a Barcelona con sus padres.

El primer buque que comandó el padre de Antonio fue el bergantín goleta ‘Matilde’, que cubría la ruta entre Barcelona, La Habana y Nueva York. Sus hazañas más importantes, sin embargo, transcurrieron durante la I Guerra Mundial, cuando capitaneaba el ‘Teresa Tayá’, barco de vapor que cubría la línea regular entre Barcelona y Génova. Otro buque de la compañía que realizaba el mismo trayecto fue hundido por un submarino alemán. Pese a ello, el capitán Torres se negó a que el servicio quedara paralizado durante la contienda.

Foto: Otra imagen del capitán Torres

«Cuando veía un submarino alemán, en lugar de salir huyendo, ponía el barco a toda máquina hacia él”, explica con una sonrisa Antonio. O los alemanes se apartaban o ambos se iban a pique. Su coraje fue premiado por el estado italiano con la Cruz al Mérito de Guerra (1919) y el título de Caballero de la Orden de la Corona de Italia (1920), dos importantes condecoraciones que ningún otro ibicenco posee. El historiador Felip Cirer, en 2009, escribió un documentadísimo texto sobre esta historia, que se publicó en el Diario de Ibiza. “Los más aventureros son los ibicencos, descendientes de los fenicios”, apostilla Antonio, cuando se refiere a las anécdotas de su padre.

Conoció bien la ciudad de Génova, donde se instaló con su esposa, Mercedes Roig, nada más contraer matrimonio. Allí estuvieron dos años. A su regreso a España, fue nombrado director gerente de nuestro país de la filmográfica norteamericana Universal Pictures. También fue empresario de este sector y fundó las distribuidoras de cine mudo ‘Exclusivas A. Torres’ y, posteriormente, ‘Exclusivas Diana’, otra conocida distribuidora de la época. El negocio, como sucedió en tantos países, se fue a pique debido al caos que provocó la llegada del cine sonoro. Sin embargo, el marino aprovechó cada ocasión que tuvo para mandar lotes de películas a los cines de Ibiza, con el objetivo de recaudar fondos para realizar obra social en la isla. Formaba parte por aquel entonces de la directiva de la Colonia Ibicenca de Barcelona, fundada por Bartolomé Roselló y que incluso llegó a presidir.

Por desgracia, la historia de este ibicenco excepcional concluye de forma amarga al fallecer en el exilio, en Francia, en 1944, lejos de su familia, donde tuvo que refugiarse al término de la Guerra Civil. Durante ese difícil periodo, Antoni Torres Molines desempeñó distintos cargos públicos, entre ellos los de delegado marítimo de Barcelona e inspector de las Delegaciones Marítimas de toda la costa Este peninsular, desde Almería hasta Girona. Su condición de fiel al gobierno legalmente constituido le supuso tener que abandonar el país al terminar el conflicto.

Foto: Antonio, con sus padres en Ibiza

El carácter lanzado y emprendedor de este personaje siempre estuvo presente en la infancia de su hijo Antonio, que transcurría entre inviernos barceloneses y veranos ibicencos. En aquellos tiempos, pese a las dificultades de la posguerra, Ibiza era un auténtico paraíso. Él y sus hermanos disfrutaban intensamente sus días pitiusos, bañándose en el río, tomando el sol en la playa, jugando con el burrito que tenían en su finca y perdiéndose por caminos inesperados, en los que se topaban con carros tirados por mulas y payesas que segaban trigo bajo un sol abrasador.

“Algunos días, me acercaba a la playa de Santa Eulària. De pronto, a lo lejos, en mitad del horizonte, veía el barco de línea que llegaba de Barcelona. En ese instante, corría a Villa Mercedes, nuestra casa, cogía la bicicleta y pedaleaba con todas mis fuerzas hasta Eivissa para tratar de llegar antes que el barco. Al final, siempre alcanzaba los muelles justo en el instante en que los grumetes arrojaban a tierra los cabos de amarre”, rememora.

De los tres hijos de aquel lobo de mar ibicenco, únicamente Vicenç, el mayor, se dejó embrujar por la navegación y siguió sus pasos como capitán de la marina mercante. Pele y Antonio se decantaron por el lado fenicio y emprendedor de su padre, aunque primero se convirtieron en maestros artesanos de las artes suntuarias, cursando estudios en la prestigiosa Escuela Massana de Barcelona. Unos años antes, Antonio ya se había especializado en cincelado y repujado de metales nobles, trabajando en el estudio del orfebre catalán Jaume Mercader-Miret.

Foto: Pulsera diseñada por los hermanos Torres

A mediados de los años 50, Antonio y Pele abrieron su primer taller en la calle del Call de Barcelona y en 1960 inauguraron el segundo, en Pau Claris. En esos tiempos ilusionantes, de trabajo intenso y ocasionales escapadas a Ibiza, Antonio conoció al amor de su vida, la catalana Maribel Sagrera, de la que todavía pasea de la mano por las calles de Santa Eulària des Riu, donde ahora residen, y con la que ha tenido tres hijos: Isabel, Mercedes y Toni.

El gran salto empresarial de los hermanos Torres se produjo en 1965, al poner en marcha una amplia joyería, ‘A. y J. Torres’, en el número 520 de la Avinguda Diagonal, en pleno centro de Barcelona. Sus insólitas piezas, que fusionan elementos geométricos con texturas rústicas, fueron consideradas desde el principio las joyas más innovadoras y sorprendentes que podían adquirirse entonces en Barcelona. Algunas de ellas están hoy expuestas en el Museo Textil y de Indumentaria de la ciudad condal, como piezas representativas e iconos de esa época.

Fue en esos tiempos, hace ya casi medio siglo, cuando Antonio y Pele concibieron una fragancia de frescor mediterráneo que contenía los aromas más característicos de su querida Ibiza. Entonces la llamaron Eau de Toilette Torres y se ofrecía en exclusiva a los clientes de la joyería. Fue embrión y precursora de la empresa Hierbas de Ibiza Perfumes, fundada posteriormente por los hijos de Antonio. Hoy es una de más exitosas firmas nacionales de perfumería y cosmética, con una legión de incondicionales repartidos por el mundo entero.

Foto: Antonio, con su esposa Maribel

Los tres hermanos, Antonio, Pele y Vicenç, decidieron emprender un nuevo proyecto juntos y, en esta ocasión, apostaron por crear un negocio turístico en Ibiza. En Santa Eulària, en la vieja finca familiar, al lado de un tramo de costa desnuda donde hoy se asienta el puerto deportivo de la localidad, comenzaron en el año 1968 a construir un gran hotel, destinado a los selectos clientes que por aquel entonces ya frecuentaban la isla. El establecimiento se llamó Tres Torres; tres hombres compartiendo un mismo apellido.

Antonio se acuerda bien de los tremendos guateques que se organizaban en el hotel y al que acudían residentes y turistas de toda Ibiza. “Dotamos a nuestra sala de fiestas de un gran equipo de luces y sonido. Fueron fiestas realmente memorables, y también interminables…”, sonríe. La sala de fiestas «Vips», tal y como la denominaron, tuvo de hecho las primeras luces psicodélicas que se instalaron en Ibiza. Incluso en esto fue pionero Antonio, que se anticipó al floreciente negocio de las discotecas en la isla.

Su condición de joyeros de fuertes raíces ibicencas, con un estilo propio muy marcado, llevó a ‘A. y J. Torres’ a trabajar en la organización y participar en los primeros desfiles de moda Adlib que se celebraron en Ibiza, impulsados por la yugoslava Smilja Mihailovitch. La nueva pasarela permitió exportar el estilo libre y desenfadado de la isla a todo el mundo. Esta extraordinaria relaciones públicas, que se hacía llamar “Princesa Smilja” pese a no tener título nobiliario alguno, contó con el apoyo del Fomento del Turismo de Ibiza, que entonces presidía Paco Verdera, también propietario de Diario de Ibiza y gran amigo de Antonio Torres.

Antonio Torres, junto a la joven payesa, en una imagen histórica de la delegación pitiusa de la Semana de Ibiza en Nueva York (1981)

 

En esa época, Antonio se convirtió en uno de los pasajeros habituales de los aviones Aviaco que entonces enlazaban con Ibiza. Antonio se movía por la isla con uno de los primeros Citroën “dos caballos” que llegaron a las Pitiüses, vehículo que con los años acabó sustituyendo por un Jeep clásico del ejército americano, también inédito. La imagen de Antonio sobre su todoterreno descapotado, disfrutando del sol y circulando sin prisas, saludando a unos y a otros a su paso, despertaba cierta admiración entre los transeúntes. Sus hijos recuerdan divertidos cómo circulando con sus padres en el Jeep siendo aún niños, con rumbo a alguna de las playas que frecuentaban, más de un turista había exclamado a su paso: «¡Estos sí que son People from Ibiza!».

Foto: Moda Adlib, con joyas de ‘A. y J. Torres’

Las joyas de los hermanos Torres, a partir de entonces, estuvieron vinculadas para siempre a la isla, hasta el punto de abrir una joyería en la capital pitiusa, en la Plaça de Sa Font, en 1981. Ese mismo año, cruzaron el Atlántico para participar en los actos que se celebraron con motivo de la Semana de Ibiza y Formentera en Nueva York, donde sus joyas fueron protagonistas de un desfile en el lujoso Hotel Pierre de esta ciudad norteamericana.

En Ibiza, sus joyas se exhibían entonces ante los exquisitos clientes del Hotel Hacienda, en Na Xamena (Sant Miquel), donde además de desfiles, Antonio organizó diversos encuentros de empresarios catalanes y de otras partes de España, que descubrieron así, a menudo de forma inesperada, el extraordinario paisaje de Ibiza y los aires de cambio y libertad que se respiraban en la isla.

Aunque el Hotel Tres Torres ya no pertenece a la familia, Antonio conserva en su interior la Galería de Arte Cascais, junto a la cual se ubica una pequeña joyería donde aún se exhiben algunos de los diseños que él y Pele crearon a lo largo de los años. Entre ellos, la Medalla de Ibiza, que luce una imagen de la Dama de Ibiza (una de las representaciones de la diosa Tanit) en una de sus caras y la estampa de Dalt Vila en la otra, la escultura de bronce del podenco ibicenco o la joya de la Amistad (dos colgantes cuyas piezas encajan, una para él y otra para ella), que crearon en los tiempos de la moda Adlib. “Uno de nuestros mayores éxitos fue la pulsera «IBZ», pieza numerada de la que se vendieron miles de unidades. Estaba hecha con acero y oro, una combinación común en nuestros días pero insólita entonces”, apostilla.

El nombre Cascais de la galería de arte del Hotel Tres Torres, el negocio/afición de Antonio durante las últimas décadas, tiene que ver con el sobrenombre ibicenco con el que se reconoce a la familia Torres. Vicent, el abuelo de Antonio, decidió impulsivamente adoptar ese nombre cuando se encontraba navegando junto a la costa portuguesa y desde entonces Can Cascais identificó a toda su familia y también a sus descendientes hasta nuestros días, según es tradición en Ibiza.

Foto: Con sus hijos, en la obra del hotel

En la galería Cascais, Antonio ha organizado exposiciones muy importantes. Tal vez la más destacada fue la que celebró en 1973, con la participación de 50 artistas residentes en la isla, entre los que figuraban Vicent Calbet, Pomar, Fulljames, Charles Orloff, Keith Tomlin, Abel Smith, Richad Keys o Norma Cooper, entre muchos otros. También fueron sonadas y un éxito de ventas, en sus diversas reediciones, las exposiciones de arte pictórico conocidas como ‘Salón de Otoño’, con las que Antonio ejercía un cierto mecenazgo, no ya por el gusto de adquirir obra a título personal, si no porque organizaba estos eventos de forma totalmente altruista, «por amor al arte», en sentido literal. Y es que, dicho sea de paso, la generosidad y esplendidez de Antonio es otro de los rasgos que siempre le han caracterizado.

Foto: Antonio, con su nieto Lukas

Aún hoy, Antonio se acerca a la galería Cascais, con su manojo de llaves, enciende las luces y contempla las vitrinas con varias de sus joyas, la colección de arte y antigüedades que decoran la estancia, recuerdo de los tiempos gloriosos del Tres Torres, y las vitrinas con algunas de sus joyas más importantes. Entre toda esa obra encontramos diversos lienzos y esculturas creados por su hermano Pele, destacado artista ibicenco. En una esquina tiene un precioso escritorio de madera noble con montones de recuerdos en los cajones, sobre sus progenitores, su infancia y aquella Ibiza ‘yeyé’ donde el turismo no era más que un sueño que comenzaba a despuntar.

Según sus hijos, uno de los rasgos que más le caracterizan es su desbordante imaginación. De pequeños, los fines de semana, corrían a la cama de sus padres, para que Antonio, antes de levantarse, improvisara un cuento matutino que se inventaba sobre la marcha. No he tenido ocasión de comprobarlo, pero también me cuentan que sus dotes de imitador aún provocan las carcajadas de toda la familia, debido a su ingenio y capacidad de observación. Antonio, asimismo, es un lector empedernido. En su mesita de noche nunca ha faltado un buen libro. Entre sus preferidos, las novelas detectivescas del comisario Maigret, de George Simenon, que releía por puro disfrute. Es probable que Antonio, dada su innata condición de agudo analista de la naturaleza humana, se sienta identificado con el perspicaz policía que protagoniza estas historias.

Antonio vive actualmente en un piso del Paseo de Santa Eulària, desde el que se divisa una amplia panorámica de la costa. Cuando se asoma al balcón y contempla los veleros que entran y salen del puerto deportivo, deja que su memoria navegue entre la bruma de los recuerdos hasta rememorar aquellos días de juego, cuando perseguía el barco de Barcelona hasta la ciudad, aquellos paseos juveniles a bordo de su pequeño bote de remos ‘Pancho’ en la bahía de Santa Eulària, las jornadas felices de pesca al volantín o las aventuras vividas en alta mar por su valiente progenitor, que ya desde niño tantas veces recreó en su imaginación.

Foto: Antonio, a la derecha, con unas sirvias

Algún día todavía lejano, su hijo Toni, cuando se jubile tras haber traspasado a la siguiente generación la empresa de perfumes, observará el mar, pensará en la irrepetible personalidad de su padre y se acordará, por ejemplo, de cuando éste diseñó la cajita de plata que contiene la esencia sólida de su marca y el sin fin de anécdotas, batallas y momentos que han vivido juntos en el pasado y los que les quedan aún por vivir.

Hoy, 10 de enero de 2013, día en que se publica este post, Antonio Torres cumple 82 años. Con él inauguramos el blog ‘Desde Es Botafoc’, un homenaje a todos los ibicencos intrépidos y visionarios que han conseguido que el nombre de Ibiza se conozca en el mundo entero.

A su edad, Antonio Torres sigue teniendo mirada de niño, agallas de corsario y el corazón generoso y abierto de la gente de Ibiza. Mantiene intacta la curiosidad por todo lo que le rodea y, como infatigable luchador y emprendedor que siempre ha sido, parece capaz de embarcarse en cualquiera de las innovadoras ideas que le siguen asaltando. Sus hijos, de hecho, confiesan que buena parte de las apuestas más originales y exitosas de la empresa han brotado de la mente e iniciativa de su padre. Vitalista durante toda su vida, cuenta que nunca estuvo de baja por enfermedad, que nunca ha dejado de trabajar y que su lema siempre ha sido “vivir intensamente”.

“Estic enamorat d’Eivissa”, dice poco antes de despedirnos. Conmueven sus palabras y sobre todo la pasión y sinceridad que transmite. Es una de las personalidades relevantes de la reciente historia de Ibiza, aunque su talante sea el de alguien humilde, con ganas de vivir y aprender nuevas cosas. Exactamente lo que suele ocurrir con las mentes más privilegiadas.

Foto: Antoni Torres, hoy

Le preguntamos qué le queda por hacer. Y contesta: “Me gustaría producir un buen vino, hacer una plantación de tabaco y también montar un almacén de antigüedades”…. Se aleja a toda prisa porque ha quedado a comer un guisat de peix con un grupo de amigos y su esposa. Echa un fugaz vistazo al reloj porque un guisat de peix es cosa seria y conviene no llegar tarde.

Un ibicenco genial nunca tiene tiempo que perder…

(*) Antonio Torres Roig falleció, acompañado por sus familiares y seres más queridos, el 29 de enero de 2014. Fue un verdadero privilegio poder disfrutar de sus recuerdos y recuperar, a través de su memoria, la Ibiza excepcional que él conoció y a la que contribuyó a hacer internacional. Descanse en paz.

 

28 Responses to “Antonio Torres Roig: historia de un pionero”

  1. Muy interesante, Xescu. Soy de los que piensan que los paisajes los hacen sus gentes. Y me gusta mucho la intrahistoria, verle las costuras a la historia de las cosas. Felicidades.

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  2. Me imagino que mi abuelo Juan Jose Roig Escandell,nacido en San Lorenzo,Ibiza y fallecido en 1976, a los 98 a☺ios,en Catamarca, Argentina,
    esbozo su vida de igual forma que la que describe,Plantar Tabaco,y cultivar la finca exitosamente,como lo hizo.Llego de Ibiza en 1906,con el Tio Cura Jose Torres Escandell,quien ya estaba afincado dede hacia 10 ,en la Merced Paclin desde 1896 mas o menos. Un ejemplo para tener como paradigma de la lucha Balear por estas tierras.Una exitosa familia y un Lider

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    • Su historia se parece a la de unos cuantos ibicencos de los que tengo referencias y que han dejado huella allá donde se establecieron y que siempre llevaron a su pequeña isla en el corazón. Muchas gracias por tus comentarios. Un afectuoso saludo.

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  3. Hola Xescu! Antes que nada felicitarte por vuestra página: limpia y clara, y además me gusta todo lo que sale en ella… muy buena selección!
    Quisiera agradecerte el artículo que has publicado sobre nuestro padre Antonio, hecho con cariño y precisión, con el que inauguras este nuevo espacio dedicado a tantos ibicencos que se aventuraron, en épocas difíciles, a crear nuevas empresas y llevar el nombre de nuestra isla allende los mares. Por fin un pequeño homenaje a todos ellos! Gracias!

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  4. Mis más sinceras felicitaciones, por esta más que interesante propuesta de difundir algunas personalidades, como las de Antonio Torres, del que has sabido dibujar un retrato muy exacto de un hombre verdaderamente sobresaliente. Yo he tenido la fortuna de compartir algunos momentos veraniegos con él, durante la última década y me ha gustado mucho el modo en que has resumido su vida, ya que es tal y como la percibo yo. Un hombre que ha sabido aprovechar su tiempo y que ha trasmitido valores e ilusión, desde el respeto por los demás y las ganas de compartir su vida con los otros… Nunca podré olvidar, aquellas tardes veraniegas en su antigua bodega, con su colección de vinos y sus charlas pausadas, llenas de sabiduria y de historias de Ibiza y de los ibicencos que él conoció en otros tiempos. Poder disfrutar de su compañia no tiene precio para mí…. Felicidades por tu 82 aniversario Antonio! Y gracias por este Blog Xescu!, seguiré tu trabajo con interés.

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    • Estimado Raúl:

      Muchas gracias por tus amables comentarios. Fue un placer entrevistar a Antonio y aprecio que hayas disfrutado con el retrato de su personalidad. Un cordial saludo

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  5. Vaya sorpresa la nuestra!!!…..como sobrino y amigo sabía de las aventuras y hazañas de mi tío ibicenco, de su huella por las Pitusas,especialmente por el verano que pasé en la isla cuando la Universidad de Verano Canovas del Castillo en 1986 tuvo a bien concederme una beca para conocer los secretos, encantos e historia de la isla, todo ello de la mano del ilustre rector Escandell. A Antonio eso le encantó,tanto o más que a mi, pues la beca suponia que un sobrino de nombre Eduardo ( Edy para los incondicionales ) hijo de Jose Maria y Maruja, gran bridgista y aventurera, hermana de la siempre alegre Maribel, ya convertida en más ibicenca que catalana, pese a algunas reticencias que pronto fueron superadas, sobrino Edy se culturizase de la historia de la isla que Tío Antonio ha llevado siempre en su corazón y en sus venas de lobo de mar, ciertamente bien regadas de sabiduria de hombre que ha sido fiel a su linaje e identidad. Que su ejemplo cunda y que las ideas, como las olas pitusarias, nos guien por la singladura de nuestras vidas azarosas y a la vez exitosas, ricas en ingenio y en talento creativo como así es y ha sido su legado singular, artístico, humanista, prolífico, insaciable emprendedor sin tiempo que perder. Felicidades Xescu por tu encomiable blog.Que vengan muchos más de igual o parecido calibre. Salud y Felicidad para todos. Sobrino Edy & Ska.

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  6. Hola Xescu, m’ha agradat molt el teu treball sobre la biografia del oncle Antonio. Es una persona que tinc gran apreci i es molt bonic que ara que encara es viu es faci aixo. Normalment aixo es fa quan una persona es morta pero tu has tingut l’encert de ferho ara i Antonio segur que ha estat molt content. Enhorabona

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  7. Aunque con retraso, Xescu, quiero darte las gracias por tu amplio y afectuoso escrito sobre Antonio, mi marido. Ha sido el mejor regalo de cumpleaños que podía tener; para él ha sido doble, pues también haces mención de su padre, del que tan pocos años pudo disfrutar, pero por el que siente una verdadera admiración y pasión y con el que tiene muchas similitudes: inquietud, generosidad, amor por Ibiza, etc.
    Te felicito por tu guía, tan completa e interesante, y por tu buenhacer. Espero conocerte algún día. Maribel

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    • Hola Maribel. Durante años, cuando trabajaba en Diario de Ibiza, escribí historias largas de gente que, como Antonio, tu marido, vivieron la Ibiza antigua, en la que se vivía prácticamente igual que en la edad media, y el cambio drástico que supuso la llegada del turismo. La vida de estas personas y escuchar su visión de un pasado que yo no he vivido, es algo que siempre me ha atraído mucho. Entrevistar a Antonio y escribir sobre su vida ha sido muy especial, porque él, además de esa visión, tiene la personalidad de un emprendedor y un artista, además de transmitir una gran bondad. En fin, que te agradezco mucho tus amables palabras y a toda la familia la posibilidad de haber disfrutado de esa conversación con él y haber buceado en su vida. Un abrazo.

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  8. Entrar en la red y encontrarme con mis propios recuerdos de Antonio, Toni, Maribel y el resto de la familia, ha sido el momento feliz del día.
    Escuchar hablar a Antonio es dejarse llevar por el arrullo de historias, leyendas, anécdotas y aventuras de quien se ha atrevido a vivir con toda la intensidad cada momento, como sólo saber hacerlo los verdaderos artistas.
    Muchas felicidades a Antonio por su cumpleaños, a la familia Torres por ser como son y a Xescu por contarlo y compartirlo.

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  9. QUE GRAN DESCUBRIMIENTO!!!! Recuerdo haber «tropezado» no en pocas ocasiones con Antonio Torres, cuando paseaba a mis hijos pequeños por el paso de Sta. Eulalia, recién iniciadas las obras. Su amable semblante, su elegancia innata, la dulce mirada que nos dirigía y su forma tan gentil de saludarme cada día al pasar por la casita donde vivía al lado del Hotel Tres Torres, me hacía empatizar terriblemente con él, y me llenaba de satisfacción ver como se dirigía con una sonrisa a mis hijos y a modo de cariñoso abuelo (al ser nosotros peninsulares los abuelos de mis hijos no han vivido nunca en Ibiza) les despeinaba haciendoles una caricia en la cabecita. Tan solo sabía de él que era el propietario del hotel, pero desconocía totalmente la faceta tan interesante, creativa y artística que me acabas de descubrir. SE LE NOTABA QUE ERA ALGUIEN MUY ESPECIAL!!! Mi tremenda intuición me lo decía…., y así se lo hacía saber a mi marido al regreso a casa. Hace unos años que vivo en Ibiza (ciudad) y he dejado de verle, aunqie no de recordarle siempre que vuelvo por Sta. Eulalia y paseo por el mismo sitio. Me alegra saber que sigue estando con nosotros y me gustaría que le transmitierais este mensaje, aunque él no sepa quien soy. Solo me conocería si me viera fisicamente…. ENCANTADA Y ORGULLOSA DE HABERLE CONOCIDO D. ANTONIO!!!! LARGA VIDA PARA UD Y SU MUJER. Un afectuoso abrazo (con su permiso y el de su familia). Eva

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    • Estimada Eva:

      Por supuesto, le haremos llegar el mensaje a Antonio de tu parte. Seguro que le hará mucha ilusión. Muchas gracias por compartirlo con nosotros. Un afectuoso saludo

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      • Siento no conocerte,Eva, pues para nosotros, con tus cariñosas palabras, ya eres también una amiga. Tal vez un día nos encontremos por el paseo de Sta.Eulalia! Si es así,por favor, dáte a conocer, nos encantaría compartir recuerdos. En nombre de Antonio y mío,mil gracias y un abrazo. Maribel

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  10. Ha sido un placer leer el relato histórico de Antonio Torres Roig persona a la que aprecio mucho. Mis padres fueron amigos de Antonio y Maribel Sagrera y yo lo soy de sus hijos. He pasado parte de mis veranos en su casa de Santa Eulalia y guardo innolvidables recuerdos de infancia y juventud en Ibiza junto a sus hijos Isabel, Mercedes y Toni. Quisiera destacar la gran humanidad de Antonio y Maribel por su constante acogida y hospitalidad a lo largo de todos estos años. Desde mi experiencia puedo asegurar que se trata de una familia sencillamente maravillosa. Carmen Devesa Ruiz

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    • Muchas gracias por tus comentarios, Carmen. Cuando entrevistamos a Antonio, desde el primer instante, emanaba simpatía, inteligencia y bondad. Tus palabras y las de otros lectores constantan este hecho. Un afectuoso saludo

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  11. He leido con gran interés el artículo en el blog de Xescu Prats sobre mi gran amigo Antonio Torres Roig, y no tengo más que añadir al estupendo retrato que refleja con fidelidad al para mí entrañable ibicenco amigo desde nuestra infancia de los años 40 del siglo pasado a las orillas del mar de Santa Eulalia. ¡ Qué merecido se lo tiene Antonio ! que se le tribute tan hermoso homenaje como uno de los grandes protagonistas de una época dorada para Ibiza.
    Envío mis fuertes abrazos tanto a Antonio como a su mujer Maribel, a su hijo Toni y a sus hijas Isa y Mercedes. ¡ Enhorabuena y por muchos años !

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  12. Me ha maravillado ese recorrido por la vida del padre de mi estimada Mechis, compañera de ese caminar por el Voluntariado como agentes sociales y creo con firmeza que ella es un legado de lo que fue su padre.

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  13. […] Torres lanzaron el Eau de Toilette “Torres”. Dos décadas después, los hijos del joyero Antonio Torres Roig desarrollaron el Agua de Colonia Hierbas de Ibiza. Su exclusiva fragancia fresca unisex aporta una […]

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  14. Antonio siempre estaba dispuesto a ayudar. Disfrutaba organizando sus exposiciones de arte. Gracias por ayudarme e incluirme en ellas. Guardo un gran recuerdo. Un fuerte abrazo allí donde estés……………………

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  15. He tenido en mis manos una escultura del podenco ibicenco con la firma A y J Torres, me gusto tanto que tuve curiosidad y aqui acabe…gran personaje y gran relato que me han hecho disfrutar de un gran momento al leerlo!. Enhorabuena!!! Si fuera posible, me gustaria saber mas! Un saludo y gracias mil!

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